sábado, 9 de abril de 2011

A restricted Country



“Para Joan Nestle, una femme, la pareja butch-femme es parte de la herencia erótica de la comunidad lesbiana. Lejos de ser copias de varones -como quiere la sexología popular- las butch “announce themselves as tabooed women who were willing to identify their passion for other women by wearing clothes that symbolized the taking of responsibility. Part of this responsibility was sexual expertise. In the 1950s this courage to feel comfortable with arousing another woman became a political act” (1987, 101). El revulsivo que la existencia butch-femme significa(ba) puede ser medido por la (per)turbada respuesta a ella tanto de la comunidad lesbiana (“The butch-femme couple embarrased other lesbians (and still does) because they made Lesbians culturally visible, a terrifying act for the 1950s”) como de los hombres heterosexuales (“we were a symbol of women’s erotic autonomy, a sexual accomplishment that did not include them. The physical attacks were a direct attempt to break into this self-sufficient erotc partnership”(1987, 101 y 102). Para entender la experiencia butch-femme y reflexionar sobre la historia de la comunidad lesbiana son imprescindibles dos libros de Joan Nestle: A Restricted Country.  Ithaca. NY: Firebrand Books, 1987, y The Persistent Desire. A Femme-Butch Reader. Boston: Alyson, 1991.”

De cómo la teoría lesbiana modificó a la teoría feminista (y viceversa) Beatriz Suárez Briones. 

"El consolador permite la fiel imitación del acto sexual heterosexual, incluso en actividades tan inverosimiles como la "mamada". Joan Nestle incluye este singular fenómeno en un relato "erótico" de su antología A restricted Country. Una butch se ciñe un consolador que en lo sucesivo se denomina "polla" una de las femme realiza una felación con el objeto inanimado "asegurándole a la butch que tenía una polla maravillosa y que ella la deseaba con locura". He aquí una especie de culto al falo digno de una novela de D.H. Larence. Con la ayuda del consolador la butch realiza una imitación del acto sexual heterosexual. Es lo único que ocrre en el plano sexual. No hay otra clase de contactos que convierta la situación en algo más que una simple representación del guión heterosexual más opresivo, aunque Nestle, en una pirueta lógica, trata de interpretar esta imitación de los papeles heterosexuales como una verdades subversión, por el hecho de que una mujer represente el papel masculino.

Esta avalancha de consoladores parece ser un elemento nuevo en la sexualidad lesbiana. pese a que durante un siglo los sexólogos, incapaces de imaginarse el sexo sin la presencia de un pene, habían sospechado que las lesbianas usaban consoladores, no existen pruebas del uso habitual de estos sucedáneos de enes. Aunque con anterioridad a la llegada de la nueva industria sexual lesbiana existian los consoladores, parecía que se tratara de una práctica muy minoritaria."

      La herejía lesbiana. Sheyla Jeffreys.

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